Años atrás y estando al final de mi carrera de Ingeniería, se me presentó la oportunidad de ir a vivir 1 año a Estados Unidos, estaba en 9 semestre y a solo unas pocas materias de graduarme de la universidad.
La decisión no fue tarea simple. Por un lado estaba mi carrera, un proyecto iniciado tiempo atrás y que había supuesto incontables batallas y sacrificios, sin obviar, por supuesto, los recurrentes trasnochos que vienen en el paquete del típico estudiante de ingeniería, todo esto, sumado a las enormes expectativas que mi familia tenía sobre mí.
Del otro lado de la balanza, se abría con especial protagonismo mi Álter ego (exagerando un poco), mi yo más honesto y real. Cautivado por toda idea de libertad y novedad, dispuesto a experimentar la vida de manera diferente.
Seducido sobremanera por los viajes y la aventura, tentado por las culturas y personas distintas, con afán de construir una perspectiva mucho más amplia del mundo que conocía, una que para la época era bastante estrecha y minúscula, todo lo anterior, por desgracia, no estaba incluido dentro de mi pensum de ingeniería, sin embargo, era una parte de mí que no podía negar o al menos, no por mucho tiempo.
Si las cosas iban bien, aprendería inglés, viajaría y volvería a tener contacto con una parte importante de mi esencia, si por su parte, las cosas iban mal, no solo atrasaría mi proyecto de vida, tendría que pagar la deuda que suponía el viaje, porque evidentemente había dinero involucrado.
Al final, abrumada por las dos disyuntivas, opté por llevar a una libreta los pros y contras que suponía cualquiera de las dos elecciones, después de dibujar juiciosa las dos columnas con la respectiva información y de verme incapaz de tomar una decisión, opté por aplazarla, la tan analítica y racional lista no parecía haberme ayudado a resolver la cuestión, o por lo menos eso fue lo que pensé en su momento.
Un mes después, recibí la llamada de uno de los asesores del programa con el que viajaría, me contactaban para tener una respuesta. Recuerdo que respondí afirmativamente sin vacilar, pese a no haber hecho un análisis aparente, jamás me había sentido más segura de un si en mi vida, mi yo más intrínseco estaba al tanto de lo que quería y parecía no estar escatimando sus esfuerzos en hacer que lo notara.
Hasta ahora ese viaje ha sido una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida, aplacé mi carrera no solo un año, sino dos porque decidí extender mi estadía, jamás crecí más como ser humano, me encontré conmigo misma, aprendí inglés, conocí gente maravillosa, viajé , viajé , viajé muchísimo, primero Estados unidos ,luego la India y finalmente México, un plus a mis expectativas.
México Mayo de 2014
Mi anécdota, que es solo una de las muchas que he tenido en mi vida en cuanto a decisiones se refiere me ha llevado a querer comprender mejor la enorme paradoja de mis propias elecciones y la de los demás, como ven nuestro lado racional, no siempre tiene la última palabra.
Pretendo, por tanto darles a continuación unas cuantas pautas para tomar mejores decisiones de acuerdo a investigaciones que he hecho por mí cuenta sobre la naturaleza de las elecciones, espero que todas estas puedan ayudarlos a enfrentarlas mejor.
Escucha a tu intuición, puede estar comunicándote algo importante:
Estudios sugieren que nuestras intuiciones suelen ser más poderosas e inteligentes de lo podríamos imaginar, de hecho, lo que llamamos intuición se basa en experiencias y repeticiones infinitas acumuladas en nuestro subconsciente, e involucra procesos complejos a los que no tenemos accesos a través de nuestra consciencia.
Los sentimientos subjetivos, corazonadas, pálpitos o como queramos llamarlas son importantes señales que nos da nuestro cerebro, y tienen enorme valor a la hora de hacer elecciones acertadas o ¿no se han encontrado a sí mismos saboreando una decisión antes de tener certeza de que es correcta? , las elecciones instintivas raramente se equivocan, de modo que hay que empezar a ponerles más atención!
Por otro lado, estudios Neurocientificos advierten que cuando hemos de tener en cuenta muchos factores, nuestro inconsciente actúa de manera rápida y efectiva, seleccionando la información importante y descartando aquello que solo nos confunde, la mente racional no es muy buena evaluando grandes cantidades de información, por tanto, ante elecciones complejas, como casarnos, mudarnos a otro país, escoger entre ingeniería y medicina o cualquier otra situación con multitud de variables, considerar el uso de nuestras decisiones instintivas sería la opción mas inteligente.
John Bargh profesor de psicología de la Universidad de Yale afirma que si bien nuestra intuición es bastante eficaz puesto que nos permite navegar a través de multitud de datos, también es susceptible a errores, hay intuiciones, por ejemplo, basadas en estereotipos que no son correctas, influencias culturales y hasta la misma educación, todas estas tienen sus efectos implícitos sobre nosotros aunque no siempre seamos conscientes de ello. En consecuencia, una decisión basada en prejuicios dista de ser acertada.
¿Cómo está tu estado emocional?
Cuando estamos estresados o de mal humor, nuestra verdadera voz interior se distorsiona y suele verse pérdida en el fondo de nuestros fuertes sentimientos negativos, y puede suceder de manera similar con fuertes sentimientos positivos.
Si queremos escuchar nuestra voz interior, debemos trata de analizar mejor los antecedentes de los sentimientos que estemos experimentando. En mi caso, y como lo expresé en el Post anterior suelo meditar para calmar el «caos» que aveces hay en mi mente, pero tú puedes utilizar la que te funcione mejor. Caminar, correr, leer un libro, la opción es individual, lo importante es ponerle distancia mental a la decisión que quieras tomar en su momento. Las emociones extremas no nos permiten ver el cuadro de la situación completo y despejado.
Otra forma, también importante de aumentar la calidad de nuestras decisiones intuitivas es incluyéndoles ciertos elementos de enfoque analítico ¿a qué me refiero con enfoque analítico? Pues bien, esto es, tratar de seguir el procedimiento del análisis racional primero, que fue lo que hice con mi libreta y mis dos columnas de pro y contras.
Estudios científicos afirman que esta es una forma efectiva de alimentar a nuestro subconsciente ya que al tener todos los puntos importantes escritos en un solo lugar organizamos mejor el desorden de nuestra mente de manera que podremos estar mucho más dispuestos a escuchar a nuestra voz interior.
Los sentimientos son importantes, no los subestimes.
Nuestras emociones pese a lo que antiguamente se creyó, suelen darnos una pista de lo que queremos en cada momento. Razón y emoción no transitan caminos separados, es más, sin la motivación y el significado dado por la entrada emocional nos veríamos literalmente imposibilitados a tomar decisiones.
Hoy tenemos certeza de ello gracias a investigaciones hechas por António Damásio, famoso médico neurólogo de origen portugués quién demostró a través de experimentos que personas cuya parte emocional se veía afectada por X o Y circunstancia no podían hacer elecciones. Y esto tiene mucho sentido, me pasa que cuando me encuentro muy estresada por algo, al momento de elegir o lo hago mal o no lo hago. Los sentimientos son más inteligentes de lo que podemos imaginar.
Arriésgate, fracasar no es tan malo como parece.
Por último, el mejor consejo de todos, si lo quieren tomar como un consejo, claro. Arriesguen señores, arriesguen, porque como lo expresa un famoso cliché, de común uso en la parte norte de Colombia ,de donde soy “el que no arriesga un huevo, no saca un pollo”.
No podemos estar 100% seguros de que nuestras decisiones serán siempre acertadas, las circunstancias en el camino son impredecibles, y con ellas los aciertos y desaciertos. Yo pude perfectamente haber tenido un mal año en Estados Unidos por razones independientes a mi elección, sin que esto significara que mi determinación no era la mejor opción en su momento.
Arriesgar es inherente a la vida e indispensable para crecer y ser mejores. Apuesten más y seguro también obtendrán más, es una ley matemática, sin embargo, como ven, se puede hacer el proceso más inteligente y con menores probabilidades de falla, si tenemos en cuenta lo dicho en párrafos anteriores.
¿Cual es tu próxima decisión importante?
Si te gusto mi post ,dale like o comparir.
Buen viento y buena mar,
Fuerte abrazo!
Buen día.
Vi el título de tu publicación y pensé que iba a encontrar contenido filosófico, nada de eso.
Tuviste una experiencia netamente personal y, no obstante, escribes para generalizarla.
Bueno, esa es la ventaja de tener tu propio «espacio» virtual.
Más que aclararme un panorama, ahora me surgen un montón de dudas sobre tu publicación. Ni modo, soy alguien que está acostumbrado a preguntar.
¡Saludos!
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Me alegra que te haya gustado Miguel, espero hayas podido despejar todas tus dudas 🙂
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